jueves, 17 de septiembre de 2015

Eres tu.

El mayor regalo que recibi en un verano difícil, cuando todo los dias eran de color gris. Te paseabas por ahí, solo te había visto, te asomabas con tu mirada extraña,  con tu sonrisa pintada que poco a poco contagiaba mi alma.
Como sabías de cada gesto adornaban el espacio vacío que ocupaba mi entorno. Un abrazo era como la ola en el mar que te arropa de repente. E inunda todo. Al momento de repente se torna extraño pero es refrescante y con el paso del tiempo cálido y agradable a la vez. No se cual era tu papel  desde un principio pero has logrado bien encajar en cada uno de mis pensamientos. Rondas por ahí como si fueras el dueño legal de todo este lugar.
Pareces un perfecto extraño el cual conozco de toda una vida.